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¿Conoces a alguna niña a la que le encanta jugar con los tuppers?

¿Viste alguna vez a algún bebé  gateando hasta la cocina y sacando las ollas para jugar?

¿En alguna celebración pudiste observar como un niño pequeño abre un regalo y comienza a jugar con la caja que lo contiene o con el papel del envoltorio más que con el juguete?

Escuchaste o pensaste: “¿Por qué juega con eso si tiene tantos juguetes?”

Bueno, en este artículo en colaboración con Eva Angulo de Movere Psicomotricidad, te contamos que ese bebé, esa niña o ese niño pequeño no son excepciones. Las preferencias e interacciones con objetos cotidianos suelen darse con mucha frecuencia y  no ocurren por casualidad. Es que los “juguetes” no tienen el monopolio del juego. Se puede jugar con muchas más cosas que no son estrictamente juguetes y los peques descubren esta posibilidad en los objetos que tienen más cerca.

Para el bebé, el mundo se descubre a partir de lo cercano, de ahí que el primer juego lo haga con sus propias manos y a partir de ahí con las personas más próximas que inician juegos a través de lo corporal.

Después, son los objetos que ve, que hay en casa, los que tienen una significación diferente al “juguete comprado”. ¿Por qué? Porque es un objeto cotidiano, de uso, que puede ver a veces, o que usan las personas referentes de la casa, y por tanto, es un objeto cercano muy útil para descubrir.

Contenedores de diferentes materiales y tamaños, llaves, telas, posavasos, pinzas de ropa, cucharas, anillas de madera, flaneras de diferentes tamaños, tapas de metal de los botes, cajas de cartón, tuppers, tapones, rollos de cartón, embudos, vasos, etc… Uf! la lista podría seguir porque que estos objetos puedan convertirse en un material de juego tendrá que ver con muchos factores relacionados con los intereses, necesidades, preferencias, momento evolutivo,  características del entorno, etc.

Por ejemplo, durante el primer año de vida existen unos objetos “preferidos” que podrán complementarse con otros más adelante o variar su uso. Te lo contamos en detalle en  el artículo ¿Cuáles son los objetos más adecuados en el primer año de vida?

Pero a pesar de la diversidad en este gran universo de materiales hay algo que estos objetos tienen en común: sus posibilidades lúdicas, su versatilidad, la capacidad de poder adaptarse a las necesidades del juego y especialmente su simpleza. En esa simpleza se encuentra su riqueza. Cuanto más simple es el material con que se juega, mayor es la calidad del juego.

La sencillez es la maxima sofisticación

Leonardo Da Vinci

Los materiales simples posibilitan procesos complejos en el juego. ¿Cómo? Porque al poseer muy pocos atributos propios, quien juega con ellos tiene que crear (imaginar, elaborar, pensar) por sí mismo esos atributos. Estos materiales no limitan ni condicionan el juego. Por el contrario lo potencian.

Entonces, ¿qué es un juguete? ¿Qué transforma a los objetos en juguetes?

Creemos que los objetos/juguetes realmente cobran sentido cuando son manipulados, explorados desde la propia iniciativa del bebé, el niño o la niña, es decir,  jugados. Y que es a través de ese juego que los objetos se convierten en juguetes.

En las manos de la infancia pueden vivir mil aventuras y cuanto más abierto sea ese material más posibilidades tendrán de hacerlo.

Cuanto más simple sea un material, cuanto más pasivo, desestructurado y menos atributos posea, más posibilidades tendrán los niños y niñas de interactuar con él libremente y de transformarlo según las necesidades de su juego. Un juego que es diferente para cada persona, de ahí que ese objeto tenga tantas posibilidades, tantas como tantas experiencias le quiera otorgar cada uno.

Un buen juguete es aquel que, sin ser nada en concreto, puede serlo todo

Francesco Tonucci

El tema de los materiales de juego es muy amplio e interesante. Si quieres indagar más  puedes leer el artículo Los materiales que construyen.

Objetos lúdicos que no son “juguetes”

Entonces sí, se puede jugar con mucho más que solo con los objetos que tienen el título oficial de “juguetes”,  es decir, los de las jugueterías, los que adultos diseñaron y construyeron para ese fin, los que aparecen en el imaginario de cualquier persona cuando pensamos en el tema. El mundo lúdico es mucho más amplio.

Cierra los ojos un momento y piensa en tu infancia…. ¿Recuerdas haber jugado (por necesidad o elección)  con “cosas” de tu casa, de la de los abuelos, del taller de tu tío  o del trabajo de tu madre?  Y de la naturaleza? Bueno, bueno, es que si sigo recordando me veo jugando hasta con mi propia sombra…

Aquí te presentamos una pequeña lista (ampliable) de objetos que no son  “juguetes” pero que tienen el potencial para poder convertirse en uno de ellos a través de las manos lúdicas de la infancia.  De esta forma  los podrás tener en cuenta  a la hora de presentar materiales de juego a los niños y niñas o simplemente no te sorprenderá  verlos jugar con ellos.

Con el objetivo de organizar la información, presentamos  los materiales agrupados en diferentes categorías priorizando cuestiones relacionadas con la seguridad y el tipo de juego que propicia pero teniendo en cuenta la flexibilidad entre estas y que cada una incluye a la anterior. Es decir, sabiendo que, por ejemplo, una tela, ofrecida como primer objeto lúdico a un bebé, puede ser utilizada más tarde para jugar al cucú tras,  envolver a un muñeco, ser un disfraz o para hacer una manualidad.

Para bebés pequeños

En este momento el bebé necesita conocer el mundo y lo hace a través de la exploración y la manipulación.

Es indispensable que en este momento en el que el bebé se encuentra con objetos que el adulto ha preparado para él, se encuentre acompañado por éste.

Algunas acciones que podemos observar en el bebé son: la observación del objeto, el agarre, llevar a la boca manos y objeto, chuparlo, morderlo, dejarlo caer, soltarlo y más adelante  tirarlo. Todo ello le proporciona información y además le permite ir desarrollando el movimiento del brazo, de la mano y de los dedos, así como la coordinación ojo-mano.

Algunos objetos pertinentes, es decir un objeto  “que resulta apropiado por las posibilidades que brinda al niño de ejercitar sus competencias y desarrollar sus posibilidades”, para esta etapa son:

  • Anillas de madera
  • Pañuelo de tela
  • Flaneras de diferentes tamaños
  • Cuencos de plástico pequeños
  • Objetos de silicona (por ejemplo: molde de magdalenas, salva mantel pequeño o gomas de cafetera)
Cuando empiezan a desplazarse

Cuando el bebé empieza a desplazarse, la etapa de la exploración y la manipulación se abre a nuevas acciones y pruebas ya que el bebé se mueve por el espacio y por tanto empieza el interés de ir hacia el objeto.

En esta etapa el objeto puede utilizarse para que el niño se desplace hacia él y por tanto afiance el desplazamiento.

El acompañamiento del adulto sigue siendo indispensable en esta etapa porque necesita la seguridad afectiva que le ayuda a explorar y moverse con confianza.

Algunos objetos pertinentes para este momento son:

  • Vasos de plástico duro
  • Cuencos transparentes de plástico de diferentes tamaños y formas con tapa de silicona que puedan poner y quitar
  • Cepillo de uñas
  • Morteros
  • Pelotas de Bádminton
  • Tapas metálicas de botes de cristal
  • Botes metálicos (tipo Nesquik)
  • Rulos
  • Barreños de diferentes tamaños
Cuando adquieren la verticalidad

En este momento el interés del niño o la niña se centra en sus acciones motoras. Ponerse de pie es algo que intentará hacer de manera continua, aunque también seguirá alternando la exploración y la manipulación que durante todo este tiempo ha ido realizando. Así, todo el conocimiento adquirido en etapas anteriores hará que ahora esas acciones se amplíen y se unan.

La base de las dos primeras etapas con los mismos objetos hace que el niño vaya adquiriendo acciones más complejas que le llevan a relacionar dos objetos (meter, sacar, encajar)

El acompañamiento adulto sigue aquí y en la siguiente fase, mediante la presencia y observación del juego.

Algunos objetos para ampliar la lista anterior son:

  • Cucharas de madera.
  • Soporte para papel de cocina (de madera o metal) que sirva para introducir las anillas de madera
  • Cuencos de metal de diferentes tamaños
  • Bolsas de tela pequeña
  • Cazos de plástico de diferentes tamaños
  • Carretes de hilo grandes
  • Bigudies
  • Flotadores
  • Barreños
Consolidada la verticalidad

A partir de aquí las acciones motoras que el niño descubre están relacionadas con la consolidación de la marcha y surgen de las pruebas que inicia con su propio movimiento como trotar, subir y bajar un escalón, inicio de la carrera y más adelante el salto.

Pueden ofrecerse objetos más pequeños para lograr una mayor precisión en las acciones de encajar, meter y sacar que ha ido adquiriendo en la anterior etapa.

Algunos objetos para esta etapa serán también:

  • Tapones de diferentes tamaños
  • Cucharas pequeñas de metal
  • Cremalleras diferentes tamaños
  • Tiras de lana gorda
  • Carretes de hilo
  • Fotos reales plastificadas de miembros familia
  • Tazas de té y platos
  • Tapones de corcho
  • Pinzas de madera
  • Pompones grandes
  • Hueveras
  • Cajas de cartón con tapa
  • Cajas de cartón con alguna ranura
  • Pinzas de ropa
Juego Simbólico

Comenzar a jugar al “como si” es un hito muy importante en la evolución del juego y en el desarrollo de los niños y niñas. Da inicio al juego simbólico, ese juego fácilmente reconocible en el que se ensayan roles, empezando por los más cercanos.

  • Utensilios de cocina
  • Ropa
  • Telas
  • Botones
  • Poliespan
  • Tuercas
  • Imanes
  • Canicas
  • Tubos de cartón
  • Botellas de plástico
  • Lana
  • Bolsos, etc.

Resulta indispensable la observación del juego con estos objetos cotidianos, en las etapas iniciales, para determinar si existe algún peligro en su utilización. 

Por ejemplo, si una niña muerde un posavasos de corcho, lo tendríamos que retirar del espacio de juego. En este caso es probable que descubrir el objeto de esa forma sea todavía  una necesidad. Ya que cada niño y niña  dispondrá del objeto de maneras diferentes, es mejor retirar ese objeto que decirle continuamente “no se muerde”. Son los niños los que nos dicen que objetos prefieren y también cuáles son para más adelante.

Se puede jugar con casi todo! El universo de materiales de juego es enorme y puedes encontrar muchos muy interesantes si amplias la mirada y te animas a observar la vida con ojos lúdicos.